Durante el fin de semana se llevaron a cabo los últimos conciertos de la gira en estadios de Bad Bunny y fue la Ciudad de México el lugar elegido por el conejo malo para el cierre, pero no todo salió como debería y muchos fueron los usuarios que no pudieron disfrutar de los éxitos de Bad en el Estadio Azteca.

Desde el viernes que fue la primera fecha de Bad Bunny en CDMX, muchos usuarios reportaron por medio de redes sociales que haciendo una compra completamente legal en las distintas pre-ventas en su momento, teniendo boletos legítimos, no pudieron acceder al recinto y disfrutar del concierto.

Es la primera vez que tenemos una cantidad tan grande. Lo que habíamos llegado a detectar son como el sábado 100, 120, 130, 90, 50 de boletos duplicados. Y en esos casos puede resultar creíble que dos o tres personas los hayan clonado y vendido por vías alternas como una supuesta reventa y eso se entiende y sabemos proceder, pero lo que ocurrió con Bad Bunny es otra cosa.

Lo que puede estar sucediendo es que tienen funcionarios corruptos, delincuentes, ahí adentro (en Ticketmaster). Además, la manera en que corrigen de un día a otro también levanta sospecha

¿Qué pasa con Ticketmaster?

La conocida empresa fue la encargada de la venta de boletos para estas presentaciones y ya ha tenido muchos problemas en este año, incluso al grado de ser investigada en Estados Unidos por prácticas de monopolio.

La Profeco ya se ha pronunciado al respecto para una demanda colectiva en la que los afectados buscan el reembolso íntegro del dinero que se gastó e incluso la misma Ticketmaster ya ha hecho alguna declaración en sus redes sociales.

Clonación de boletos

Los asistentes al concierto de Bad Bunny principalmente el 9 de diciembre, al querer ingresar al estadio se les dijo que su boleto ya había sido usado y que, por lo mismo, ya no podían entrar al recinto, lo raro es precisamente eso, que no se debieron vender dos boletos iguales.

Las pre-ventas a principios de este 2022 fueron un completo caos, los boletos se agotaron de manera misteriosa en cuestión de cinco minutos, por lo que de inicio muchos fans se quedaron sin esperanza de ver a Bad Bunny.

El asunto con los revendedores y la más que probable corrupción por parte de altos directivos de Ticketmaster es un asunto que nos deja pensando y que pone en jaque a una empresa que tan solo en este año ha recibido numerosas críticas.

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